Fonelas
Municipio del Geoparque de Granada
El municipio se encuentra en el Geoparque de Granada, que forma parte de la Red Mundial de Geoparques de la UNESCO.
Fonelas
El término municipal de Fonelas ocupa 97 km2 en pleno centro de la hoya de Guadix y casi en el centro de la provincia de Granada.
El pueblo se sitúa junto al eje norte-sur creado por la vega del río Fardes que, rodeado de cárcavas, es el paso obligado entre Guadix y la mitad norte de su comarca.
Además, aprovechando los valles que se abren hacia Pedro Martínez y Huélago, permite salir de la hoya hacia el oeste para acceder a los Montes Orientales y Sierra Arana y, desde allí a Granada y Jaén.
Limita con los municipios de Purullena, Benalúa, Guadix, Villanueva de las Torres, Pedro Martínez y Huélago. Por su término discurre el río Fardes.
Geoparque de Granada
Debido a su gran riqueza paisajística e interés geológico y paleontológico, todo el municipio se encuentra en el Geoparque de Granada, que forma parte de la Red Mundial de Geoparques de la UNESCO.
Climatología
El clima es de tipo mediterráneo (con veranos secos), pero continental (fuerte contraste veranos muy cálidos e inviernos muy fríos) y semidesértico (apenas 300 l/m2 de lluvias al año).
Ocupación
La escasez de lluvias ha llevado a concentrar la agricultura en los regadíos de la vega del Fardes, quedando el resto del territorio dedicado a pastos o al cultivo de cereales de secano y almendros.
En la actualidad, sus más de 900 habitantes se dedican esencialmente a la agricultura y la transformación de la madera generada en las plantaciones de álamos de su vega.
Geodiversidad
En un antigua llanura
Hace millones de años
Tras más de 200 millones de años bajo el mar, el choque entre Europa y África elevó las sierras que nos rodean. Así, entre hace 5,5 y 0,5 millones de años, las hoyas de Guadix y Baza quedaron como un área hundida y rodeada de montañas que impedían la salida del agua hacia el mar (cuenca endorreica).
Un antiguo y gran lago
Los ríos y arroyos procedentes de las sierras rellenaron la cuenca de sedimentos hasta convertirla en una gran llanura. Aún podemos ver sus restos en los llanos del Marquesado, Hernán-Valle o Darro-Diezma. En la mitad occidental de la cuenca (Hoya de Guadix), la llanura era recorrida de sur a norte por un gran río (antepasado del actual Fardes) deshilachado en numerosos cauces entrecruzados y separados por bancos de arena (cauce trenzado o anastomosado), y rodeado de pantanos y lagunas. Incluso hubo un periodo en que todo el espacio entre Fonelas, Gorafe y Huélago estuvo ocupado por un gran lago.
Antepasado del actual río Fardes
Este río, que tendría grandes crecidas en invierno y primavera, inundaba el centro de la llanura dejando grandes depósitos de arcilla y suelos húmedos que se cubrían en verano de pastos, mientras que el resto de la región quedaba sin hierba debido a la sequía.
Animales
Miles de herbívoros y sus predadores se agrupaban en la llanura durante el verano para aprovechar estos herbazales. Esto nos recuerda mucho a los ecosistemas africanos de Masai Mara o del Okavango y, como ellos, estaban poblados de elefantes, antílopes, cebras o hienas cuyos restos se han conservado en yacimientos como Fonelas P-1.
Estación Paleontológica Valle del Río Fardes: https://www.igme.es/epvrf/estacion/
El tiempo de las grandes manadas
Yacimientos paleontológicos
Los sedimentos que se iban acumulando en la gran llanura que ocupaba la actual Hoya de Guadix atraparon y protegieron numerosos restos de los animales que vivían en ella. Esto ha dado lugar a la formación de decenas de yacimientos paleontológicos.
Registro fósil
Este registro fósil es imprescindible para entender cómo ha evolucionado la fauna europea entre hace 5,5 y 0,5 millones de años. Fonelas es una pieza fundamental en este patrimonio. Entre los más de 60 yacimientos localizados en su entorno, destaca por su importancia Fonelas P-1, considerado Lugar de Interés Geológico de importancia mundial.
Antiguo cubil de hienas
El yacimiento Fonelas P-1 se formó hace 2 millones de años gracias a la acumulación de restos de los animales que servían de alimento a la hiena más grande que ha existido jamás en Europa (Pachycrocuta brevirostris), que alcanzaría un peso de 200 kgr.
Fauna y ecosistema I
Las 24 especies de grandes mamíferos presentes en este antiguo cubil de hienas nos permiten adentrarnos en una fauna y ecosistema sorprendentes. Entre las especies se cuentan las últimas jirafas de Europa occidental, las cabras montesas más antiguas del mundo y nuevas especies de jabalíes, chacales y tejones.
Fauna y ecosistema II
En esos momentos, en las llanuras de la subcuenca de Guadix crecían grandes pastizales recorridos por mamuts y manadas de cebras, parientes primitivos de los bisontes y antílopes. Y todos ellos servían de alimento a tigres de dientes de sable, lobos primitivos y a las propias hienas.
Primeros humanos
Fonelas P-1 también nos muestra el proceso de formación de la fauna que, cerca de un millón de años después, integrará a los primeros humanos que lleguen a los ecosistemas ibéricos.
Visitas guiadas
El yacimiento ha sido habilitado para visitas guiadas que nos permiten acercarnos a este sorprendente ecosistema. https://www.igme.es/epvrf/estacion/
03_01
Reconstrucción del paisaje y la fauna de la cuenca de Guadix-Baza hace 2,2 millones de años, según los restos encontrados en el yacimiento Huélago-1 (Autor: Mauricio Antón).
03_02
Exterior del Centro Paleontológico Fonelas P-1 (CSIC-IGME), que protege el yacimiento del mismo nombre.
03_04
Los restos del yacimiento Fonelas P-1 aparecen en un excelente estado de conservación, como muestra este cráneo completo de tigre de dientes de sable.
Las cárcavas o bad-lands
Un mar de cerros y barrancos
Hace medio millón de años, todo el paisaje empezó a cambiar. Lo que era un pequeño afluente del Guadalquivir va a ir remontando su cabecera en las cercanías de los actuales pueblos de Hinojares, Pozo Alcón y Cuevas del campo hasta contactar con la antigua cuenca cerrada de las hoyas de Guadix y Baza. Este río, antecesor del actual Guadiana Menor, empezará a llevar el agua de la zona hacia el Guadalquivir y a erosionar la antigua llanura.
Transformación del valle
Tras formarse el valle del actual río Fardes, sus afluentes laterales acabaron formando un laberinto de ramblas y barrancos separados por crestas afiladas de cerros: los <bad-lands> o cárcavas.
Paisaje de hoy
Las cárcavas son hoy el paisaje más característico de Fonelas, especialmente al este del río Fardes (entorno de la Ermita de San Torcuato y bajo los puntales de Torre Guájar, Belijaca o Becerra), pero también al oeste del río (Barrancos del Pocico y La Iglesia, Las Aguillas, Frontina).
Cárcavas
Las cárcavas eran poco apreciadas porque era muy difícil obtener recursos (apenas pastos de invierno, esparto y caza menor). Sin embargo,este paisaje único en Europa puede convertirse en un recurso turístico importante.
04_01
El borde de los llanos (o cejo) de Belijaca o Becerra es un excelente mirador sobre los bad-lands del lado oriental del valle del Fardes.
04_02
La geología es muy importante para la configuración de las cárcavas. En la mayor parte del término municipal, se desarrollan sobre arcillas y arenas arrastradas por antiguos ríos, que les dan un color anaranjado muy característico.
04_03
Sin embargo, en los que se desarrollan donde antes hubo lagos, predominan los blancos de la caliza, y se forman grandes escalones, mesetas y puntales. Es el caso de las cárcavas de Piedras Blancas, al norte de Fonelas.
04_04
Recorrer este paisaje es muy complicado, al estar cruzado por cañones muy encajados que forman profundos precipicios a los que es peligroso acercarse por la inestabilidad de las paredes arcillosas. Lo más recomendable es moverse únicamente por caminos señalizados.
El oasis del Fardes
El río que está solo
Al río que riega las tierras de Fonelas, los árabes lo llamaron <Waddi Faqat> o <Waddi Fardis>, el único río, el río que está solo. No hay ningún otro en la Hoya de Guadix.
Vega del río Fardes
Tras medio millón de años ahondando y ensanchando su valle, y rellenando su fondo de arenas, el Fardes ha creado la vega de Fonelas. Esta aparece como un oasis alargado en medio del semidesierto. Junto con otras vegas de las hoyas de Guadix y Baza, son lo más parecido en Europa a los oasis fluviales de los ríos <Draa> o <Ziz>, en el sur de Marruecos.
Acequias y agua
La vega de Fonelas agrupa a los terrenos que han atraído más la atención de sus habitantes durante siglos. Provistos con el agua de las acequias y ricos suelos de aluvión, podían producir las mejores cosechas y aportar pastos de verano al ganado. En este paisaje humanizado, las acequias que extraen el agua del Fardes (Batán, Del Lugar, Palomar Bajo, Ceque, Parteros, Callejas, Peñas Blancas, Las Chozas, Almida o Cerrá de la Lava) son fundamentales al aportar el agua necesaria para mantener los cultivos.
Estado actual de la vega
El trabajo de los agricultores ha cambiado mucho la vega, por lo que es difícil imaginar cómo era en su estado natural. En tiempos recientes, algunas áreas no se cultivaban por ser demasiado húmedas o estar demasiado expuestas a las inundaciones. En los mapas de 1888, estas aparecen como prados que recibían ganados durante el verano. Y en la orilla del río aún pueden verse álamos blancos, sauces, olmos y algún fresno, último testimonio de los densos bosques que cubrieron la vega.
Estado de la vega en periodos más antiguos
Para periodos más antiguos, el mejor testimonio del primitivo ecosistema del Fardes procede del yacimiento argárico de la Cuesta del Negro (Purullena). Hace 4000 años, en el río había castores, y en los densos bosques que ocupaban la actual vega vivían ciervos, caballos y toros salvajes, corzos, lobos, linces y osos.
05_02
El río aparece acompañado de bosques de ribera, el último refugio en la zona para animales forestales o ligados al agua.
05_03
Entre la fauna asociada al río aparecen aves migratorias, como estas cigüeñuelas que han parado durante su viaje otoñal.
05_04
En regadíos que antes se plantaban de trigales y huertas, hoy predominan plantaciones de álamos para producción maderera.
Viviendo de la tierra
Cuevas-vivienda
El testimonio más importante de la adaptación de los habitantes de Fonelas al sustrato geológico son las cuevas-vivienda, en las que aún viven buena parte de ellos. Aunque se han picado cuevas-vivienda en la hoya de Guadix desde el siglo XII, se hacen habituales desde que la región queda expuesta a las incursiones cristianas en el siglo XIII. Entonces, las cuevas-vivienda aparecen como una solución al no poder ser destruidas como las casas.
Ventajas de las cuevas-vivienda
Las cuevas-vivienda se excavan en terrenos arcillosos que impiden las filtraciones de agua y aseguran temperaturas constantes de 18º-20º C durante todo el año. Aunque durante mucho tiempo fueron consideradas viviendas para pobres, sus virtudes hacen que hoy estén muy solicitadas, pasando algunas de ellas a convertirse en casas de lujo o alojamientos turísticos.
Recursos geológicos
Además, los habitantes de Fonelas han obtenido otros recursos de la tierra. Así, aún pueden verse canteras y hornos de yeso en el cortijo de Santa Ana (al norte del pueblo) o canteras subterráneas de arcilla para hacer cerámica en el barrio de la Iglesia o junto al cortijo del Conejo. Por su parte, las calizas lacustres del entorno eran usadas para producir cal, como demuestra una gran calera que aún puede verse en la parte más alta del casco urbano.
Canteras para construir la catedral
Finalmente, las mejores calizas lacustres, visibles en un afloramiento cercano al cortijo de la Almida (también al norte de Fonelas), fueron aprovechadas en el siglo XVIII para construir la catedral de Guadix, dejándonos como prueba varias canteras.
06_01
Los cerros erizados de chimeneas son una imagen familiar en Fonelas, indicándonos la presencia de cuevas-vivienda. Hasta hace pocas décadas, los únicos edificios del pueblo eran la iglesia y un molino: todos los foneleros vivían acunados en el vientre de sus cerros.
06_02
Perdidos en las cárcavas, aún quedan corrales subterráneos, como este de Belijaca. Excavadas en época nazarí o al principio del dominio castellano, estas “cuevas moriscas” son fáciles de reconocer por su techo en ángulo. Delatan el antiguo (ya perdido) uso ganadero del semidesierto
Biodiversidad
El desierto vivo
Esparto, matorrales y pastos
Las grandes extensiones de espartales, matorrales bajos y pastos de las cárcavas que rodean el valle del Fardes son la vegetación más característica de Fonelas. Sin embargo, hasta ahora ha sido poco apreciada por sus habitantes. Si querías sacar adelante a tu familia, lo mejor era tener unas hazas en la vega. Si te tocaba tener que vivir de los cerros, tenías que limitarte a unos cultivos de cereales de secano expuestos a las sequías, a pastos incapaces de mantener grandes rebaños o a sobrevivir recolectando esparto o trampeando conejos y perdices.
Semidesiertos
Sin embargo, nuestra visión del semidesierto está cambiando. Hoy sabemos gracias a los científicos que están llenos de tesoros, con grandes yacimientos arqueológicos y paleontológicos, y se trata de ecosistemas naturales con animales y plantas únicos en todo el planeta.
Recursos en el semidesierto
Además, estos paisajes son únicos en Europa. Esto está llevando a que sean cada vez más apreciados y visitados por turistas de todo el mundo. Así, lo que antes era considerado un símbolo de pobreza podría convertirse, si lo cuidamos y aprendemos a venderlo bien, en un recurso que podría llevar a que el turismo contribuya de forma creciente a la economía de Fonelas.
Espartos y matojos
Esparto
Buena parte del semidesierto aparece cubierto de matorrales bajo y grandes hierbas perennes. Entre estas últimas, la más abundante y extendida es, sin duda, el esparto, que ha tenido gran importancia económica para la zona en los siglos XIX y XX. El albardín, parecido pero más pequeño, lo sustituye en suelos salinos, donde crece en compañía de salaos blancos, salaos negros, sisallos o tamujos.
Salaos negros
Los salaos negros destacan por generar pequeños frutos rodeados de alitas membranosas de colores rojos, rosas o blancos. Cuando la fructificación es abundante, el semidesierto se llena en octubre de fogonazos de color muy atractivos para los fotógrafos. En abril pasa algo parecido, pero con las matas espinosas de las aulagas, que se llenan de flores amarillas.
Otros arbustos
El resto de los arbustos, salvo la retama, son más escasos. Junto a los espinos negros destaca el pítano, un matorral emparentado con las coles que tiene en Fonelas una de las pocas poblaciones que sobreviven en todo el planeta.
Enebros y sabinas
También escasean los enebros de miera y sabinas moras, que pueden verse crecer en los roquedos calizos que afloran en algunos taludes cercanos a la carretera que va hacia los baños de Alicún. Aquí también crece el único árbol del semidesierto, el pino carrasco, que hemos extendido usándolo en plantaciones forestales.
08_01
El esparto es, sin duda, la planta más abundante y característica de los semidesiertos de Fonelas.
08_03
Otro arbustillo muy abundante es la albaida. Su nombre, de origen árabe, viene de la gran cantidad de flores que genera…Quiere decir, literalmente, “la amarilla”.
08_04
Protegidas por aceradas espinas pasan la primavera las flores hinchadas y tiernas hojas de la alquitara o garbancico.
08_05
Si el año es bueno de lluvias, el monte se llena en otoño de los fogonazos blancos, rosas y rojos gracias a las láminas coloreadas que rodean los frutos de los salaos negros.
Colores de primavera
Flores en el semidesierto
Si el otoño e invierno han sido lluviosos, el semidesierto se cubre de pastos que, ya en abril, se cubren de flores.
Flores amarillas y blancas
Las flores amarillas más espectaculares las produce una planta parásita en sus grandes espigas: la vara o jopo amarillo. También encontramos escasos tulipanes salvajes, también amarillos. Y en mayo, la alcaparrera nos da grandes flores blancas.
Flores blancas y rosas
Las plantas de la familia de las margaritas llegan a formar grandes manchones florales blancos o amarillos. Estos manchones florales aparecen salpicados por el rosa de las collejas y geranios salvajes, por los amarillos y rosas de los cardos o por los rojos y violetas de las amapolas.
Guía de plantas de la zona
En primavera es el momento de salir al campo con una guía de plantas de la zona, y disfrutar aprendiendo un poco de botánica.
09_01
Si ha llovido lo suficiente, la primavera arranca con la floración rosada de los alfilericos (Erodium laciniatum), un pariente salvaje de los geranios.
09_02a
Pero ya para finales de abril, el campo se cubre de los amarillos de distintas especies de compuestas (familia Asteraceae).
09_02b
Pero ya para finales de abril, el campo se cubre de los amarillos de distintas especies de compuestas (familia Asteraceae).
09_05
Las praderas de los vallejos que recogen algo de humedad se adornan a principios de primavera con las flores rojas de los conejitos (Lamium amplexicaule).
09_07
La floración más espectacular del semidesierto es la de una planta parásita, el jopo amarillo (Cystanche phelipaea).
09_08
las flores del alhelí silvestre (Mattiola fruticulosa) sorprenden aún más cuando nos enteramos de que es un pariente de las humildes coles.
Revoloteando entre las flores
Flores de primavera
La explosión de flores de la primavera supone para los insectos un periodo de abundancia. Los veremos comiendo hojas, tallos, polen, néctar y, más adelante, semillas.
Mariposas
En primavera, es el momento de observar y fotografiar a las cerca de 50 especies de mariposas diurnas que revolotean en el semidesierto. Momento de aprender sobre cómo viven y se relacionan los insectos de este ecosistema.
Otros insectos
Para observarlos, basta con detenerse junto a una masa de flores, que visitarán abejas domésticas y salvajes, escarabajos anaranjados o de colores metálicos o una gran diversidad de avispas y moscas. Y junto a ellos, su compañía de predadores, formada por una gran variedad de arañas, por chinches, moscas y avispas cazadoras.
10_01
En el municipio de Fonelas se conocen un mínimo de 45 especies de mariposas diurnas. Esto nos proporciona espectáculos como este: un grupo de mariposas de la col (Pieris brassicae) bebiendo y absorbiendo sales en una zona embarrada.
10_03
La mariposa de las alcaparreras (Colotis evagorae) es la mariposa más fácil de ver en el otoño.
10_04
las polillas nocturnas son también muy diversas. En la fotografía, una especie que se alimenta del esparto (Thetidia plusiaria).
10_05
El adulto de la hormiga león Nemoptera bipennis una muestra de la belleza de los insectos del semidesierto.
10_06
Como otras muchas especies de escarabajos, Heliotaurus ruficollis se alimenta del polen y las flores. Son muy abundantes en primavera.
10_07
Los escarabajos del género Pimelia son los tanques del semidesierto. Acorazados e incapaces de volar, son muy abundantes por que pueden aprovechar casi cualquier tipo de alimento. Pero luego son el principal alimento de los lagartos y multitud de aves.
Escamas, pelos y plumas
Aves en el semidesierto
El semidesierto es muy rico en aves. Las más llamativas son sin duda las águilas reales, las collalbas negras o los escandalosos críalos. Pero también podemos detenernos a oír los cantos de los trigueros subidos a las copas de las retamas, o el de las cogujadas asomadas a algún puntal rocoso.
Lagartijas, culebras y sapos
El resto de los vertebrados son más huidizos, aunque es relativamente fácil cruzarse con lagartijas colilargas o colirrojas, culebras bastardas, de herradura o escalera, o en los periodos lluviosos de primavera y otoño, encontrarnos con sapos corredores que buscan alguna charca temporal.
Cabras, conejos, jabalíes, zorros…
Por su parte, salvo por la aparición fugaz de alguna cabra montesa, zorro o conejo, lo mejor para acercarnos a los mamíferos es rastrearlos buscando sus huellas. Así, descubriremos que el semidesierto está poblado de jabalíes, tejones, garduñas, ginetas y gatos monteses.
11_01
Los sapos corredores pueden mantenerse en el semidesierto gracias a pequeñas charcas temporales en los que sus renacuajos crecerán rápidamente.
11_02
Las lagartijas colirrojas prefieren suelos arenosos y despejados en los que cazar sus presas preferidas….las hormigas.
11_03
Las lagartijas colilargas viven entre las hierbas y matojos, entre las que es fácil verlas moverse velozmente.
11_04
Aún son frecuentes las culebras de herradura. Excelentes trepadoras, cazan salamanquesas y lagartijas y pollos de los nidos de pájaros.
11_05
Una de las aves más abundantes del semidesierto son las cogujadas montesinas, unas alondras adornadas por un casquete de plumas.
11_06
En la hoya de Guadix aún viven las mayores poblaciones conocidas de collalba negra. Unos de los nombres que de daban nuestros abuelos (curicas) viene de su negra “sotana” de la que sobresalen las “enaguas” blancas.
11_07
los gorriones chillones hacen sus nidos en agujeros de cantiles y viejos edificios (Fotografía de Ramón Picaro).
11_08
los colirrojos son frecuentes sobre todo en invierno. A los que crían en el semidesierto se unen los que huyen del frio y la nieve de las sierras cercanas (Fotografía de Ramón Picaro).
Viviendo del monte
Recursos del semidesierto
Al igual que ocurría con los recursos geológicos, los habitantes de Fonelas también han aprovechado los recursos del semidesierto.
Esparto
El más importante de ellos es el esparto, que llegó a aportar mucho dinero en algunos periodos entre 1860 y 1960. Aunque se usaba desde el Neolítico para crear cuerdas, calzados y recipientes de cestería con sus hojas entretejidas, en esta época se convirtió en una materia prima muy solicitada por la industria papelera, que llegó a instalar una fábrica en la vecina Benalúa. Hoy se sigue cogiendo esparto, pero con una intensidad mucho menor.
Alcaparra
Otra planta importante fue la alcaparrera, cuyos botones florales (capotillos) y frutos tiernos (pirulos o capotas) estuvieron muy solicitados por la industria conservera en las décadas de 1970 y 1980. Su recolección proporcionaba ingresos que mejoraron la situación de muchas familias del pueblo.
Trufas blancas
Más desconocidas son las papas de tierra o trufas blancas, que crecen en los espartales. Solo los entendidos saben dónde, cuándo y cómo buscarlas. Un secreto bien guardado que tiene como recompensa alguna comida deliciosa.
12_01
Hubo un tiempo en que el esparto era fundamental en la vida del pueblo. Muchos de sus vecinos eran capaces de trabajar la “pleita”, y muchos más se ganaban la vida recogiéndolo para su uso en fábricas de papel o en grandes talleres artesanos. Hoy apenas es un recuerdo.
12_02
Los botones florales de la alcaparra se pusieron de moda en la cocina en la década de 1970. En la década siguiente se llegaban a pagar 800 o 1000 pesetas por un kilo de los más pequeños y tiernos, que (por supuesto; costaba trabajo cojer. Muchas familias de la comarca de Guadix sobrevivieron o vivieron algo mejor gracias a esos ingresos.
Historia de Fonelas
Poblados y tumbas
Antepasados
Nuestros antepasados llevaban ya más de un milenio cultivando y criando ganado en la Hoya de Guadix. Pero hace aproximadamente unos 4500 años algo cambió y empezaron a organizarse construyendo grandes poblados y dólmenes. Al parecer, los habitantes de un poblado situado al norte de Fonelas (Llanos de la Almida) levantaron dólmenes que servían como tumbas y como señales. Situados en lugares altos o junto a caminos, avisaban a los viajeros de que estaban entrando en un territorio que tenía dueño. Los cadáveres eran enterrados junto con cerámica y herramientas de sílex o, más raramente, de cobre. Además, en una de sus tumbas nos dejaron el retrato más antiguo que se conoce de un habitante de Fonelas.
Poblados abandonados
Hace 3800 años estos poblados y tumbas fueron abandonados. Pueblos procedentes de las estepas asiáticas, que domesticaron los caballos y pudieron formar así ejércitos de caballería con armas de bronce, entraron en Europa. En esta época apareció en Andalucía oriental la cultura del Argar.
Situados en las cimas
Las frecuentes guerras hacen que ya todos los asentamientos se sitúen en la cima de cerros fáciles de defender y rodeados de murallas. Entierran a sus muertos dentro de grandes vasijas de cerámica, a veces incluso dentro de sus propias casas. En esos momentos aparecen los poblados del Cerro del Gallo, entre Fonelas y Benalúa, y el de la Cuesta del Negro, ya en Purullena.
Reutilización de los dólmenes
Ya al final del periodo argárico (entre el 1200 y 700 aC), las costumbres vuelven a cambiar, y muchos de los antiguos dólmenes son reutilizados como lugar de culto o enterramiento.
Dólmenes de Fonelas
Los dólmenes del entorno de Fonelas simbolizan la complejidad cultural y capacidad técnica de sus habitantes en las edades del Cobre y el Bronce. Aunque en un número menor que en el cercano valle de Gorafe, aún pueden verse muchos de ellos al oeste y sur del pueblo.
014_01
Con más de 3 m de largo, el dolmen “Moreno 3” es el más grande que se conserva en el entorno de Fonelas.
014_02
Louis Siret realizó las primeras excavaciones de los dólmenes de Fonelas a finales del siglo XIX. Una lámina de su obra L’Espagne Prehistorique (1893) nos muestra el ajuar descubierto en uno de ellos, con cerámicas, puntas de lechas y hojas de cuchillo de sílex y una hoja de hacha de cobre.
014_03
Esta estela de pizarra fue el principal hallazgo de la excavación realizada en el dolmen Moreno 3 a principios de la década de 1970 (dibujo de Ferrer Palma).
014_04
La estela de Moreno-3 nos muestra un personaje masculino con un dibujo muy esquemático, aunque destaca claramente un gorro y una faldeta de hojas de esparto. Con más de 3500 años, es el primer retrato conocido de un habitante de Fonelas.
014_05
El yacimiento argárico del Cerro del Gallo proporcionó gran cantidad de cerámica, como estas típicas copas de esta cultura de la Edad del Bronce (Dibujo de Torre Peña y Aguayo de Hoyos).
Vigilado el valle
Frontera entre musulmanes y cristianos
Tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212) y la conquista de la mayor parte de la actual provincia de Jaén por parte de los castellanos, todas las tierras entre Úbeda y Guadix quedaron en una frontera sometidas a frecuentes ataques musulmanes y cristianos.
Asentamientos alejados
Este estado continuo de guerra provocó el abandono de las fortificaciones y aldeas que explotaban las vegas de Villanueva de las Torres, Dehesas de Guadix, Guadahortuna y Fonelas. Únicamente quedaron algunos pequeños asentamientos alejados de las vías de comunicación, sólo ocupados temporalmente para plantar o recoger cereales en las tierras cercanas o por pastores que podían huir con su ganado en caso de ataque.
Torres de vigilancia
Se mantuvo es un sistema de torres de vigilancia que, como las de Guájar, Fonelas o Cúllar, podían alertar de las incursiones cristianas a las guarniciones de Guadix o Baza gracias a señales de fuego o humo. Situadas en los puntos con mejor visibilidad de todo el territorio, los entornos de estas torres son hoy unos miradores excepcionales para contemplar los valles y cárcavas de la hoya de Guadix.
015_01
La torre de Muro se diferencia claramente del resto de las torres vigía del área, tanto por su forma cuadrangular como por contar con un pequeño recinto amurallado asociado.
015_02
La torre de Guájar es típica del sistema de vigilancia de época nazarí (siglos XIV-XV): cilíndrica y con una estancia en su parte alta con una o dos ventanas asociadas. Una de ellas servía de entrada a la que se accedía con una escalera.